sábado, 13 de febrero de 2016

Sombras y luces.

Sombras y luces es el 1x174 de ALSA.

Lo de tener una actitud positiva frente a los malos momentos guay, acostumbrado estoy. Lo de no avergonzarse de los gustos por muy ridículos que puedan ser vistos por la peña, igual. Total, qué mas da. House dice que todo el mundo miente. Yo digo que todo el mundo es actor.

No sé como ha pasado, pero hasta el más inútil ser que encuentro por éstos mundos da el mínimo para, en dos segundos, montarse una defensa de lo suyo o ataque a lo tuyo cuquísima de la muerte. Nadie cede, reconoce error ni respeta.

Esto último es a lo que voy. Como estoy de vuelta de todo, más la timidez innata que me deja expuesto, acostumbro a hacer eso que no hacen los tertulianos de las teles ni por casualidad: escuchar al otro más de diez segundos. Es divertido usarlo como reto cuando enfrente está un especimen del tipo 'mr. cátedra siento' o mejor, su primo 'mr. y qué' Es la respuesta definitiva, porque aunque éste simpático animalillo de comprensión lectora le salió -10, sabe que el recurso 'Y qué' viene a ser ''el mundo está tan mal que da igual todo y a mí tú''

Es el nuevo Hitler, el puñetero planeta va a la mierda y ese hecho me otorga el poder de tirarte a la cara éste cerro ubidense. Y tan pancho. ¿Espada, pared y yo en medio? Eso ya no existe, no vergüenza, no culpa.

Pero como éste post tiene el título que tiene, vamos a transformarlo a partir de aquí en uno de esos del tipo Hay honrosas excepciones. Una honrosa excepción en forma de joven -algo más que yo, calculo- compi de sala de espera en uno de los cuatro médicos que he ido ésta semana (4 de 5, perdón TL por la escasa actividad éstas mañanas)

Empezamos a hablar al unirnos el hecho de querer recoger el papel caído a una tercera, señora mayor, que ni se dio cuenta. Ganó ella. Como lo del juego del pañuelo pero al revés.

¿Saben lo que es conversar con alguien sin centrarse en un personaje que ya tienes creado y que has visto la oportunidad de ensayar de nuevo? En el fantabuloso mundo de los enfermos en salas de espera, se pueden imaginar. Esa competición por ver quién está peor, con toda la educación del mundo por supuesto, respeto total pero a lo que vas es a contar tu historia de penurias y salud horrible, la dejamos de lado en nada. Ni un minuto duró. Los súper samaritanos adalides del buen rollo (porque ella es como yo intento, alguien positivo y amable) nos pillamos en seguida el uno al otro.

Por mi parte, me dí cuenta antes de hallar aficiones comunes. Por su forma de hablar, natural de la hostia y tope simpática . Y de escuchar, que me contagió y copié la actitud respetuosa venciendo la timidez que decía antes. Qué cosas oiga, las buenas formas llevan a lo mismo si uno tiene el día paciente.

No, no importa si me enamoré de ella. Me enamoro de mil cada día. Algunas no famosas. El caso es que la robótica voz cantó su número de cita y se acabó la charla con una representante de algo en peligro de extinción: BUE-NA GEN-TE

Y repito, la chica era guay no necesariamente por ser fan de Anatomía de Grey y las Spice.