sábado, 8 de octubre de 2016

Los sentimientos mandan.

Los sentimientos mandan es el 2x62 de ALSA.

De un lado:

Aquí servidor de ustedes se ha ido encontrando en los últimos años con amigos de juventud, desde 2004, espolvoreando la historia del 'como te ha ido' con el palo para el oyente de comunicarle la existencia de mi primera enfermedad crónica. Desde 2011, la existencia de la segunda, imaginen las caras de los reencontrados compis. Imagínense en cualquiera de los bandos, viva la incomodidad.

De otro lado:

Aquí servidor de ustedes salió del colegio y luego del insti con varios amores platónicos. Añádase un par de pagafantismos veraniegos, y la lista se acerca más a diez que a cinco. Pero con sinceridad, uno o dos son los más que más fuerte golpean en el recuerdo, en forma de trauma, y estás deseando toparte con ella por la street cualquier día, a ver si ésta vez te atreves.

Aunque sea de broma, en plan disculpa, sin esperanzas de que pase nada ahora. Para quitarte el reconcome de la chola porque seguríííísimo que te dice algo que hará que todo quede de buenas.

And finally...:

Aquí servidor, que se encontró con una de ellas, top 3 en pica pica del no tuve arrestos entonces. ¿La llamamos Eufrasia? Pues Eufri, a quien todo le va bien pero de forma tan normal como me temo en la mayoría de mis amiguis de antaño,  no sabía por terceros mis aventuras. Así que le informé de la primera bomba, la segunda, y el trasplante que espero en los próximos años.

Después de eso el otro asunto casi que podía soltarlo como si nada. Total, será por ensayos mentales en tantos años...

No pude, pues nada más oir los temas de la salud hizo algo que nadie más (no recuerdo si mis padres acaso...) había hecho: se emocionó hasta las lágrimas, y decir que lo sentía con más autenticidad que otros, que por lo que sea y lo entiendo, apresuran y provocan el yanosveremosperovaaserqueno elevado a mil.

Lo que hablamos Eufri y yo los minutos siguientes no lo pongo, por el miedo inmenso a que por un casual casualísimo pudiera leerlo. Aunque podemos intuir que no le molestara.

Y hasta aquí puedo escribir. Sólo algo más, así como reflexión: tuve suerte, porque si le cuento primero mi platonismo adolescente con toda seguridad ni Kevin Williamson cuando Dawson lo muestra mejor. O peor.